jueves, 16 de diciembre de 2010

Capitulo 15

Estaban una vez mas sobre los contenedores, deleitándose con la preciosura de paisaje. Tony estaba muy cerca de ella, podía sentirle el aliento a menta fresca. Sus manos estaban tomadas. Y él se acercaba un poco mas, y mas y mas… y… Sintió sobre su pecho, un peso que la sofocó. Cuando abrió los ojos, Gwen estaba sobre ella, en su habitación, en su cama. Había interrumpido EL SUEÑO. 
- ¿Quién diablos te dejó entrar? – preguntó Mackenzie, tapándose la cara.
- Sara antes de irse Mc – Gwen le pellizcó la mejilla.
- Ya, sal! – Mackenzie se la quitó de encima – ¿Que quieres?
- Ir al instituto. En realidad, querer querer no. Pero tu sabes esto de la responsabilidad.
Gwen tenía razón. Ya habían pasado dos días de que Tony se había quedado en su casa. Y uno de que habían ido a los contenedores.
- Ok, dejame cambiarme. En serio, vete a la cocina, prende la portátil o mira la TV. Pero sal de aquí.
- Ok. Ok. Te amo – y cerró la puerta de la habitación. Mackenzie sonrió. Le gustaba tener a su amiga allí con ella a pesar de todo.
- Oh si, para que sepas. Sara me contó todo, asi que te ahorro el mal trago de contármelo a mi por ahora, luego te exigiré detalles. – la voz de la pelirroja traspasó el pasillo y la puerta de la habitación de Mackenzie. 
De camino al Instituto, Gwen no pudo aguantarse algo que le inquietaba.
- ¿En que fueron? - le preguntó de repente 
- ¿De que hablas? – Mackenzie la miró extrañada, sin aminorar el paso.
- Con Tony ¿En que te llevó a los contenedores? – el estómago de Mackenzie dio un vuelco. Otra vez esas nauseas.
- En moto – dijo finalmente. Gwen se la quedó mirando, con la boca abierta.
- Increíble – y sonrió – este chico está revolucionándolo todo. Bueno, no. En realidad, él esta resurgiéndolo todo. Haz vuelto a las viejas andanzas eh.- Mackenzie se paró en seco y la fulminó con la mirada. Gwen siguió caminando, pero no habló más.

Las amigas llegaron a tiempo al instituto. Y estaban llegando tarde a su primera clase debido a que Gwen le pidió a Mackenzie que la acompañase a tramitar a la administración unas constancias para el trabajo de su madre. 
La clase de Clark era la primera. Cuando llegaron, el profesor ya estaba en el aula. Entraron rápidamente y Gwen, sonriendo, le levantó la mano con los papeles a su profesor. Él asintió. Mackenzie entró seria. Su profesor la miró esperando la excusa suya, ella solo dijo –apoyo moral- y se dejó caer en su asiento. Clark rió. Él era bueno. 
Tony estaba metido en una conversación con los del Dark Side. Kerry le hablaba, con un tono de seducción. Ella siempre lo intentaba, aunque todavía no había logrado nada con él. Tony, por su parte no prestaba atención a sus palabras. Quizás, hace 5 minutos lo hacía a regañadientes. Ahora ya no podía. 
Luego de todas las clases, Gwen y Mackenzie se dirigieron por los pasillos. Estaban solas. El resto de los estudiantes estaban abandonando el establecimiento.
Se pararon junto a las ventanas, y miraron a través de ellas. El cielo se estaba nublando. Era normal en esos días. Menos el sábado, había sido un día frío si, pero el cielo estuvo despejado.
Mackenzie lo recordaba con añoranza. No había logrado hablar con Tony en todo el día.
Gwen la miraba tranquila. Siempre le había parecido hermosa. Y allí mirando hacia fuera, era una gran postal.
- Oí rumores – Dijo Gwen. Mackenzie la miró graciosa.
- Wow, de donde los sacas?
- Es una habilidad asombrosa no es así? – rieron – Pero todo forma parte de mis investigaciones. 
- Ah. Entonces…
- Antes que nada . Oí que Tony estuvo en las carreras. Que ganó y de camino por las calles provocó a uno de sus contrincantes. Y hubo sangre - <no fue tan grave> pensó Mackenzie, pero ella no estaba segura de querer decirlo. – Lo que sea, el tipo que se peleo con Tony, terminó en el hospital. 
- ¿Qué? 
- Si. Por poco le rompe la nariz y le perfora el cerebro – Mackenzie sonrió – Estoy hablando en serio – bufó su amiga.
- Lo sé. Pero esta bien ¿no? ¿Qué problema hay?- Mackenzie se volvió hacia el frente. La pelirroja se la quedó mirando con la boca abierta.
- ¿Quién eres? Dios! – soltó una carcajada. Le encantaba. – Bien, Si el está muy bien. Y Tony, aun mas. Tony es salvaje – suspiró. Mackenzie se mordió los labios y miró los nubarrones. – Oh – habló nuevamente Gwen.- Dark Side a la vista.
Mackenzie sintió que el estomago se le revolvía, pero no miró hacia ningun otro lado, sino que se quedo allí, apoyada en la ventana. Mirando hacia fuera. Gwen, que estaba de espaldas a la ventana, apoyada a ella, se los quedó mirando mientras pasaban. Kerry, Zack, Natasha ( la mejor amiga de Kerry), Will, Sophie y Tony. Eran los pesados del instituto. Su banda era mucho mas grande. Pero la mayoría se había graduado ya. Las chicas los recordaban. Antes era peor sin duda. Cuando ellos todavía estaban en el colegio, las cosas eran insoportables. Mas aun. Cuando Mackenzie estaba pasando por ese momento doloroso de recordar, cuando todo era realmente
una pesadilla.
Kerry se paró frente a Gwen y la miró fijamente. El grupo paró también. Luego miró a Mackenzie que seguía con su mirada perdida en el cielo, en los arboles, en el viento que anunciaba una nueva lluvia. Se sentía triste y quería estarlo un rato mas antes de encabronarse como siempre lo hacia. Era sincera con ella misma. Tony, ya había perdido la oportunidad de saludarla como se lo merecía. Después de el hermoso momento que habían pasado juntos. Ella se sentía cansada. Apenas había podido dormir. Tenía ojeras pronunciadas bajo su rostro.
-Hey Morton – dijo la rubia detrás suyo. Mackenzie no se volteó. Todos la estaban mirando. No había nadie más alrededor. Solo ellos ocho – ¿Estás sorda o que? – Kerry siguió la vista de la muchacha castaña. – Oh, ya veo. Intentas ver a tu padre allí arriba. No creo que lo logres, porque no mejor intentas verlo en el fondo de un volcán.
-Dejala en paz – Gwen también estaba cansada de ese tipo de cosas.
Tony se quedó inmóvil. Miró a Kerry que se estaba carcajeando. La miró asqueado. Y luego volvió su vista hacia Mackenzie. Ella había oido eso antes, no era muy original de su parte. Sabía como no darse por afectaba.



Simplemente no la escuchaba. Miraba como las aves se alejaban del lugar volando, anticipandose a la tormenta. Estaban a tres pisos de la planta baja. Una bandada pasó muy cerca. La muchacha sonrió y las siguió con la mirada. Algunas aves pararon en una saliente del edificio.
-Oh por favor – Kerry puso los ojos en blanco. Tomó la botella llena de energizante de las manos de Will. Quitó a Gwen del medio y arrojó la botella hacia fuera. Esta alertó a las aves y estas huyeron. Pero una estaba distraída y la botella le dio de lleno en su frágil cabeza. El ave cayó inconciente. No sobreviviría al golpe. Mackenzie enloqueció. Se giró con el rostro lleno de ira. Sentía que quería llorar.
-¿Que demonios tienes en la cabeza? – le exigió a la rubia gritando.
-Es tu culpa. Si tu no me hubieras ignorado no habría hecho eso. Ya sabes, tu cargas con muchas muertes. ¿No te parece?

Mackenzie no lo pensó dos veces. Se lanzó encima de la rubia tirándola al suelo. Kerry se quejó por el golpe que dio su espalda en el piso. Gwen la quiso tomar por la espalda pero Mackenzie era mas fuerte y estaba enrabiada. La pelirroja miró a Tony que estaba allí junto, parado mirando lo que sucedía. Le gritó. Tony reacciono y tomó a Mackenzie de la cintura y la atrajo hacia él. La chica no pudo luchar contra eso. Se quedó forcejeando. Kerry se levantó retrocediendo.


-Estás loca perra idiota – escupió las palabras arreglándose el cabello.
Mackenzie seguía en los brazos de Tony. Él no podía evitar pensar en lo bien que se sentía tenerla así, tan frágil y fuerte a la vez, entre sus brazos.
Mackenzie era delgada, y la mala alimentación sumado las pocas horas de sueño le jugaban en contra ahora. Ya no tenía mas fuerzas. Al notar que estaba con Tony, se quitó sus brazos de encima y caminó hacia Gwen.
No había nada mas que decir. Se alejaron. Cuando Mackenzie volvió a mirar, Kerry se abrazó a Tony.
-Hey – volvió a gritar Kerry - te olvidas esto – y alzó la mochila de la muchacha.
Mackenzie volvió para tomarla. Kerry la arrojó en el suelo y luego, con el resto del grupo, se alejaron por el otro extremo del pasillo. Menos Tony. Él quería decirle algo. Él necesitaba decirle algo.
Mackenzie se agachó a tomar su bolso y se quedó allí parada enfrente de Tony. Ella le estaba dando una nueva oportunidad.
-Vamonos Tony – dijo Kerry detrás suyo. Él no se volteó. Se quedó alli en su lugar, mirando los ojos de Mackenzie.

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