jueves, 16 de diciembre de 2010

Capitulo 16

Era el momento justo de decir algo, pero solo hubo mas silencio. Mackenzie puso los ojos en blanco conteniendose de llorar y se dio media vuelta alejandose con la desilusión a cuestas. Él no la llamó e hizo lo mismo.

Mackenzie se despidió de Gwen en la esquina. Deseaba caminar un rato sola.
Y pensó en todo. Eso le hacía fatal pero no podía evitarlo, uno no logra manejar su mente del todo. El cielo se había ennegrecido. Caminaba y caminaba.
Pensamientos….
La calle estaba vacía de vehiculos. Así que caminó sobre ella. Sintió que una moto se le venía encima. Se volteó y vió como el motociclista la esquivó para luego frenar en medio de su camino, bloqueándole el pasó hacia la dirección a la que iba. Ella lo reconoció sin que tuviera que sacarse el casco.
- ¿Qué quieres? – le dijo friamente la muchacha. Tony se sacó el casco y acomodó su moto.
- Decirte que soy un idiota.
- Oh. A ti no se te da eso de las novedades no? – dijo la muchacha con una mescla entre ironía y rabia.
- Hablo en serio. Mackenzie escucha. Lo lamento.
- No. No lo lamentas. ¿Por qué siempre haces lo mismo?
- ¿De que estás hablando?
- Oh, vamos! No juegues conmigo. Quizas se te da bien eso de fingir ser el lider de Dark Side y todo eso…
- ¿Del que?
- Nada. Digo que actúas bien cuando dices ser mas fuerte que todos, mas atractivo, mas violento, mas hábil arriba de una motocicleta. Lo que sea. Pero no has sido dueño de tus decisiones hace un rato.
- Eso no fue lo que pasó …
- Para ya, deja de mentirte! – gritó ella y comenzó a llover – ¿Porque eres así? ¿Porque quieres parecer algo que no eres?
Él no iba a reconocerlo. Se quedó sin habla, un silencio que dolía.
La lluvia ya los había mojado por completo.
De repente otra motocicleta paro en frente de ellos, salpicándoles con el agua acumulada en la acera.
- que mierda! – se quejó Tony. Lo que faltaba, pensó Mackenzie.
El motociclista se bajó. No llevaba casco. Mackenzie lo reconoció de algún lado. Luego lo recordó, las carreras. Se sintió un poco incomoda. Aunque él probablemente no se acordara de ella. Nunca habían hablado ni nada. Solo que el recuerdo la movilizó.
- Lo lamento - dijo bajándose de la moto. Cuando levantó la mirada observó detenidamente a la muchacha que estaba toda empapada. Algun pensamiento perverso pasó por su mente al verla asi y sonrió. Tony apretó los dientes – Vengo aquí. – Señaló la tienda de repuestos atrás suyo.
- ¿Alguien preguntó? – Tony se burlo.
Mackenzie giró los ojos cansada. Allí estaba otra vez. El arrogante de siempre. Se cruzó de brazos y pateó una piedra lejos. Ambos la miraron.
- Tiene buen pie preciosa – dijo el chico de la moto. Mackenzie le sonrió irónicamente.
Luego el chico se metió en la tienda sin decir mas.
Mackenzie se lo quedó mirando mientras entraba. Era guapo. ¿Acaso todos los que iban a carreras tenían que ser tan apuestos?
Tony la miraba.
- Te enfermarás – finalmente dijo.
La chica gritó para descargarse. No era posible que dijera eso en un momento así.
La puerta de la tienda se abrió. El dueño de esta le hablaba sonriente al chico de la motocicleta. Dejó de hacerlo cuando vio a Tony. Ellos se conocían de las tantas veces que Tony necesitó comprar algo para su Honda. Se saludaron alegremente. Tony llamó al hombre Paul. Este le pidió que entrara un momento, que le había llegado una nueva gama de no se que cosa de automóviles. Tony miró a Mackenzie, ella asintió.
Tony se metió junto a Paul en la tienda.
Mackenzie se quedó allí esperandolo. El chico de la motocicleta se le acercó.
- Hey , el día apesta no?
- No te imaginas cuanto. – dijo la chica haciendo una mueca de sonrisa mesclada con dolor.
- Algo me dice que no es solo por la lluvia no ¿?
- La lluvia está bien.
- Me llamo Tyler.
- Mackenzie.
- Es un nombre raro.
- Mi madre es rara
- Me gusta mucho.
- ¿Mi madre o mi nombre? – habían lanzado las palabras rapidamente. Tyler rió.
- Tu – contestó.
El chico empezó a acercársele… Estaba bien, lo que toda adolescente quisiera. Un chico extremadamente apuesto dispuesto a darle un beso bajo la lluvia a los dos minutos de conocerse. Pero ella no era así como todas.
Ella no quería ese beso. Apenas lo conocía. Y le dolía que la persona de la que en realidad quería eso este tan cerca. Pero él se siguió acercando, con una mirada traviesa. ¿Esto era correcto? Él que quisiera besarla sin mas ¿era lo que debía pasar? Cuando estaba apunto de reaccionar, se oyó un ruido estrepitoso detrás de Tyler.



-Idiota! – gritó Tyler tomando la moto que había sido arrojada al suelo. La levantó rapidamente y notó un rayón en la pintura rojiza. Se puso de pie y enfrentó a Tony que estaba apretando sus puños. – Con MI motocicleta no – le dijo lleno de ira, pero esta no era absolutamente nada comparada con la que Tony pronunció sus palabras.
-Con MI chica no – escupió las palabras acentuando en ese ‘mi’.
Tyler miró a Mackenzie que estaba aterrorizada. Le rogaba con la mirada que por favor se fuera. Este le hizo caso , mas porque notó las pocas posibilidades que tenía frente a Tony. Tomó su motocicleta y se subió en ella. La miró a Mackenzie una vez mas.
-Ten cuidado, este tipo está enfermo.
Dijo y se fue. Lo vieron alejarse.
-Ahora resulta que soy tu chica.
La ira de Tony se apagó por completo. Se quedó pensativo. Le habían dado unos celos enfermos. Se giró hacia ella y le sonrió soberbiamente.
-Eso te gustaría ¿no?
Mackenzie lo miro. No podía estar hablando en serio.
-Odio cuando te pones así.

-¿Así como? – Tony sonrió aun mas y se acercó a ella.
-Cuando actuas – Tony la tomo del brazo y la atrajo hacia él.
-Yo no actuo – la miro a los ojos. Ella hizo lo mismo. Ahora viéndolo en esa postura, parecía un sueño lejano el día en los contenedores. Él no había actuado como un idiota en todo el día. Mackenzie se alejó.
-Vamos, te llevo a tu casa. – se ofreció él.
-No quiero ir a mi casa - la chica comenzó a caminar por la vereda. Tony tomó la moto y la siguió.
-Te enfermarás
-Puedes solo dejar de decir eso!
-¿Ahora que hice?
Siguió caminando.
-Subete
-Dije que no quiero ir
-Te llevaré a otro lado. – Mackenzie dejó de caminar, estaba muy cansada para seguir discutiendo y ella quería ir con él.



Llegaron a una casa dentro de la zona mas urbana de la ciudad. A Mackenzie le resultó familiar. Claramente en esa casa vivían una madre y su hijo. Como Sara y ella.
Cuando ingresaron, la muchacha observó con sorpresa a una mujer trapeando el suelo. Por un segundo creyó que era una mucama pero antes de decir nada,Tony la sacó de dudas.
- Hola mamá.
- Hijo, no te oí llegar . – La mujer sonó agradecida de ver a su hijo llegar temprano. Luego miró a la muchacha que estaba junto a él – No nos presentarás?
- OH, si. Esto, Mamá , ella es Mackenzie. Mackenzie esta es mi madre, Helen – La muchacha levantó ligeramente la mano y le sonrió.
- Un gusto. Cariño eres muy linda – dijo con dulzura. Mackenzie se sonrojó ante la mirada de madre e hijo – No confiaba en el buen gusto de mi hijo hasta ahora – Tony se aclaró la garganta.
- Mamá , ella es una amiga. 
- Compañera de trabajo – aclaró rapidamente la muchacha acordandose de que aun estaba enfadada con él. Tony puso los ojos en blanco. Su madre rió.
- Oh. ¿Problemas en el paraíso? 
- No hay ninguno mamá.
- Ningun paraíso. – exclamó Mackenzie.
- Ningun problema – Tony replicó. 
- Solo que a su hijo le cuesta comprometerse con las cosas – Tony la miró sorprendido 
- ¿Yo? – su expresión se relajó – Yo creo que tu estás excedidamente comprometida en esto, que es diferente.
Su madre sonrió. Tony resultaba irresistible para cualquiera. Helen se lo sabía de memoria, estaba cansada de ver como las muchachas caían a sus pies avergonzadas. 
Él nunca le había presentado una novia o amiga como lo estaba haciendo ahora. 
Mackenzie lo miró irritada. Aborrecía esa expresión encantadora y soberbia. Le daba ganas de estamparle su pequeño puño en el rostro. También de besarlo pero mas de lastimarlo.
Él gozaba de dejarla sin palabras. 
- Estás muy soñador últimamente – Mackenzie se dirigió a Helen – Tony me rogó que lo perdonara esta tarde. Hasta me persiguió y me obligó a venir a aquí. Creo que el no resiste estar lejos de mi.
Tony se sonrojó totalmente. Helen observó la escena divertida. Nunca había oido a una muchacha referirse a si a su hijo. Él intimidaba a las personas y esto no le agradaba. Los ultimos meses las cosas con Tony se le estaban llendo de las manos. Era una situación que Helen no podía controlar. Necesitaba tener a su ex marido cerca. Esa era la razón principal por la que se habían mudado nuevamente a esa ciudad. De igual forma no estaba resultando como ella esperaba. Tony se negaba a establecer relacion con su padre, y este tampoco quería forzarlo a hacerlo. 
Él había dicho que esa muchacha era solo una amiga. Pero Helen, su madre, podía leer en la mirada de su hijo cuanta razón llevaba Mackenzie al decir aquello.
- Q. q..que – tartamudeó Tony – Que dices? – rió nervioso. Mackenzie suspiro y se cruzó de brazos. Luego se giró a Helen.
- Tiene una casa hermosa – le dijo sonriente, luego miró a su alrededor – Me hace acordar a mi casa , bueno, si mi madre le pusiera tanta dedicación como usted quizás se parecería mas.
- Muchas gracias cariño – Helen miró a su hijo que se había quedado pensativo. Le daba nostalgia ver a su hijo en silencio, sin esa fachada suya de arrogancia, sin gritarle o sin protestar por cada cosa que pasara. Mackenzie hacía milagros – Se quedará a cenar? 
- Si – respondió Tony inmediatamente. 
- Hijo, quizás su madre la está esperando en su casa. Tu solo vienes aquí para comer, pienso que quizás ella quiera ver a su madre.
- Mi madre no está, ella no cena en casa muy seguido. Por trabajo o … - la chica se detuvo ¿para qué explicar mas? – Me encantaría quedarme, si no le molesta.
- Oh, por supuesto que no. Siéntete en tu casa.
La mujer sirvió la cena y los tres se sentaron en la mesa para comenzar a comer. . Era una situación extraña y especial. Mackenzie nunca había sido invitada a cenar por un chico y su madre, y Tony nunca había presentado a nadie realmente a su madre, pero todo resultó muy cómodo para todos.

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