miércoles, 8 de diciembre de 2010

Ultimo Capitulo

Se miró en el espejo de la sala inquieta pero algo conforme. Se veia hermosa aunque su modestia le jugaba un poco en contra. Decidió que estaba bien. Su largo cabello castaño caía en cscada sobre sus hombros hacia su cintura. Observó de reojo a su madre que parecía algo nerviosa aunque se esforzaba mucho por ocultarlo. Estaba bien, la muchacha también lo estaba. A pesar de todo aquello se sentía excelente. Miró a travez de la vcentana la luna instalandose en su puesto como cada noche.
Sonó su teléfono móvil y lo atendió rapidamente. Se sintió algo desilucionada al saber que era Gwen, aun así la necesitaba y quería hablar con su amiga.

- Hola – saludó Mackenzie
- Mac ¿Cómo estás?
- Nerviosa, inquieta, muy inquieta.
- Todo estará bien, ya veras. Ya lo has hecho antes.
- Esta vez es distinto, juro que lo es.
- Pero de igual forma, saldrá todo genial. ¿ y que haz decidido hacer con Tony? ¿Cuándo piensas ceder aa?
- Jamas. Solo han pasado unos dias de que he salido del hospital, aun tengo bendado el brazo por su culpa. 
- Solo es una venda, gaza ,algodón. Eres muy dura, pero se lo merece.
- Tu sabes estoy esperando las flores, todavía no me ha obsequiado flores.
- Vaya, en serio? Definitivamente se lo merece entonces. Oye, ¿como le ha ido hoy con su padre?
- No lo se. Hablamos ayer por la noche y hoy solo le envié un texto deseandole suerte. La reunion tendría que haber terminado hace unas cuantas horas pero él no me ha llamado. 
- Quizás no le ha ido muy bien.
- Es por eso que no quiero llamarle tampoco. 
- Ya lo sabremos luego. Pero ahora concentrate en tu misión, no pierdas de vista tu objetivo y hagas lo que hagas no te distrigas, puede ser peligroso. ¡¿Estas lista?!
- ¡Señor, si señor!
- Así me gusta. Mas tarde, luego de la cena pasaremos a buscarte con Joshua para ir al festival de la feria 
- Si, claro. 
- Te deseo toda la suerte del mundo!
- Gracias ,adios.
Cortó el telfono suspirando. Se sentía mas aliviada que antes. Gwen siempre podía lograrlo en unos minutos. Se dejó caer en el sofá. Sara la escuchó y caminó hacia ella mirandola. Se sentó a su lado y le corrió un mechon de cabello que caía sobre su mejilla. 
- ¿Cómo te sientes?
- Perfecta. ¿Y tu?
- Igual . – Te ha dicho Tony como le fue en la charla de su padre?
- Aun no me ha llamado. 
- Es por eso que estás tan inquieta.
- Es que, esto también es importante y me tranquilizaría mas si el me deseara suerte. No se bien por qué pero me gustaría. 
-Si no lo hizo, algo habrá pasado. Quizás las cosas en verdad salieron muy mal.
-Gracias Sara. Eso me deja mas tranquila .
-Oh no cariño, no quise alterarte. Solo quise que entendieras porque quizas no lo hizo.
-Lo sé. Esta bien. Es una de mis teorías.
-¿Una? ¿Qué otras tienes?
-Abducción – Ya sabes. Secuestro. Aliens.
-¿Estas bromeando verdad?
-Claro era para sacar la tension.
-Quedate tranquila. Bien, Steve no tardará en llegar.
Le guiñó un ojo y se fue.
Mackenzie se puso de pie y caminó hacia las escaleras antes de sentarse en unos de los escalones. De allí no se podía ver la puerta de entrada pero sabía que faltaba poco. Su teléfono volvió a vibrar esta vez con un texto.
-‘Suerte’ – solo esa palabra bastó para sacarle una sonrisa y toda la tensión acumulada. A pesar de todo lo que podría haber pasado entre él y su padre, Tony se había acordado de ella.
En ese preciso momento el timbre sonó enviando un repentino escalofrío al cuerpo de la muchacha. Tragó saliva y espero mientras su madre se dirigía a abrir la puerta. La escuchó acercarse, la oyó al abrir y distinguió la voz de Steve sobre la de Sara. Se puso de pie en espera del llamado.
-Mackee, ya está aquí.
Sara mantuvo la puerta abierta con Steve allí parado mientras esperaba la aparición de su hija. Él quería que esta vez todo estuviera bien. No le pareció apropiado visitarla en el hospital sabiendo como ella podría reaccionar por lo cual le había causado una gran sorpresa que la muchacha accediera a una nueva cena juntos. Con nerviosismo la vió aparecer detrás de la pared que daba a la sala. Un gran alivio lo invadió al ver la expresión que reinaba el rostro de Mackenzie. Ella solo sonreía, sabía que ello era un signo de paz. Siguió caminado hacia la puerta y se paró junto a Sara.
-Hola -Saludó Steve primero. En sus manos llevaba un gran ramo de rosas rojas que le dio obsequió con delicadeza a Sara en silencio.
-Hola Steve – contestó la muchacha
- Bueno, sera mejor que pases. Pronto estará la cena… - empezó a decir Sara.
-Oh, si espera. Si no les molesta, he traido a mi hijo conmigo.
Mackenzie miró confusa a su madre. Eso no estaba en los planes. Suficiente era con conocerlo a Steve, no planeaba conocer a su ffamilia también. Decidió tranquilizarse y tomarselo con calma. Nada podía ser malo. En ese momento aparecieron un par de piernas por la entrada. El chico detrás del ramo de rosas azules estaba ocultando su identidad tras estas. Dio un pasó hacia delante. La muchacha lo miró extrañada. Él quería intrigarla, quería sorprenderla. Esperó otro segundo detrás de las flores.

-Tony ¿Qué estás haciendo? – manifestó Mackenzie con el ceño fruncido. Tony bajó las flores de un golpe frustrado y confundido.
-No puede ser – replicó - ¿Cómo?
-La… La… la chaqueta, siempre llevas la misma chaqueta.
Tony suspiró.
-Bueno, veo que no hace falta pero de todos modos. Sara, Mackenzie, les presento a mi hijo Anthony.
Todos se miraron entre si.
-Pero puedes llamarme Tony – él guiñó hacia la muchacha. Mackenzie sonrió y le extendió su mano.
-Mackenzie Morton – dijo ella recordando.
- Pero puedo llamarte... – siguió sonriendo aun mas intensamente.
-Que va decirte que no puedes,si eso lo decides tu .
-Dios mío. ¿Las vueltas que da la vida no? – dijo Sara emocionada.
Todos rieron. Mackenzie y Tony se miraron y sonrieron. 

Una vez trancurrida la cena. Tony y Mackenzie decidieron dejar a Sara y Steve solos. Ambos salieron al porche y se sentaron en las escalinatas. El cielo estaba completamente despejado y en el se dibujaban perfectas estrellas radiantes y llenas de luz. La luna permanecía a un lado grande, redonda y brillante. Haciendo contacto con la pierna del otro observaron la noche que recien comenzaba. Después de un día lleno de emociones y sorpresas. Tony observó el perfil de Mackenzie iluminado con la luz tenue de la luna.
- Eres hermosa. – dijo dejando salir lo que sintió en ese momento.
Mackenzie lo miró. Sus rostros estaban a centrimetros del otro.
- ¿Puedes creerlo? No solo eres el chico que me empastó el verano si no que también eres el hijo de la persona que me atormentaba día y noche.
- Es increible. Cuando mi padre me dijo que luego vendría aquí fue… gracioso?
- Si. Oh por dios. He insultado a tu padre millones de veces en frente tuyo.
- No te preocupes. Mira, yo que pensé que teníamos tan poco en comun y no va que insultabamos a la misma persona.
- Tenemos muchas cosas en comun.
- No se si lo has notado, pero te he traido flores. Crees que este pobre muchacho aun no ha recibido suficiente castigo? Yo pienso que si. ¿Qué dices? ¿Le darás una segunda oportunidad?
Mackenzie sonrió. Luego se acercó y besó la comisura de sus labios. Tony cerró los ojos un segundo y sonrió.
- ¿Eso es un si? – preguntó él.
Ella no dijo nada, solo sonrió burlona, se mordió los labios y se encogió de hombros divertida.
- Eso es un si. – afirmó él. Luego se puso serio – Te amo Mackenzie Morton – soltó las palabras tan rapido que hicieron a Mackenzie sofocarse. Pero luego se calmó y sonrió.
- Yo también.
Sus rostros se acercaron hasta que sus labios estuvieron a milimetros de hacer contacto cuando fueron interrumpidos por el sonido del motor de una motocicleta.
- Hey, huele a reconciliación o es… estofado? – preguntó divertida Gwen.
Mackenzie giró hacia su amiga y la saludo con un gesto de manos. Tony se dejó caer hacia atrás apoyando su cabeza en el tapete de entrada.
- Amor, no hables de comida por lo menos hasta que lleguemos a la feria – dijo Joshua.
- Oigan – dijo Mackenzie disfrutando del momento – Les presento a mi hermanastro – señaló a tony que seguía tirado con los brazos tapando su cara.
- ¿De qué hablas? – preguntó Joshua.
- Oh no – dijo Gwen tapandose la boca con su mano – NO, no no no. ¿Eres el hijo de Steve? – preguntó Gwen casi gritando. Tony se incorporó y asintió finjiendo una sonrisa.- No lo creo. Esto, esto es increible. Joshua dí algo.
- ¿Increible las vueltas que da la vida?- Todos rieron.
- ¿Escucharon las novedades? - preguntó Gwen.
- ¿Sobre que? – preguntó tony.
- Kerry, al parecer su madre decidió imponerse. Se mudaran, se la llevara de aquí para que tenga amistades mas ‘recomendables’
- Si, algo oi. – contestó Mackenzie – es lo mejor para todos.
- No, para todos no. Pobre de esas nuevas amistades mas ‘recomendables’. - dijo Gwen dramáticamente.
- Tienes razón – dijo Mackenzie riendo.
- Oigan todo muy divertido pero en verdad tengo hambre y dijeron que habrá comida gratis y bailes.
Mackenzie y Tony intercambiaron miradas y se sonrieron.
- Ya. Vamos.
Gwen tomó del brazo a Mackenzie y le susurró al oido.
- ¿Estás segura de que quieres ir?
- A la feria. Si.
- Si no quieres…
- Gwen, estoy bien, estaré genial. Es la última vuelta antes de avanzar.
La pelirroja asintió.
Todos subieron a sus respectivas motos.
- ¿Quieres manejar tú? – le preguntó Tony a Mackenzie.
- No, mejor hazlo tú, ahora que ya no iras más a las carreras te mereces al menos eso.
- ¿Te he dicho que te amo?
- ¿Mientras gira el carrusel? - preguntó ella divertida.
- No, aun mas que eso.
Él la besó dulce pero intensamente.
Los motores encendieron y se alejaron por la avenida, hasta que sus ruidos impetuosos se desvanecieron en el aire.


Conclusión del trabajo

Cuando nos dictó las consignas del trabajo, sinceramente me encontré perdida. Primero, porque estas fueron confusas; segundo, porque predestiné que mi compañero asignado iba a ser el hombre de mi vida y no podía dejar de soñar sobre ello.
Como verá, Sra Flynn, es Mackenzie la que está escribiendo esta conclusión adjunta al trabajo, pero Anthony ha sido primordial en todo esto.
Es increible como el tiempo le ha dado la razón ¿sabe? Aprendí mucho y cada una de las situaciones que viví me dejaron algo impregnado en mi esencia, ahora se de que estoy hecha. 
En cuanto a la vida, costó, y dolió un poco tambien, entender de qué se trata, aunque espero aun no saber casi nada de ella. Imaginese, que me ha puesto frente a la felicidad muchas veces, la he tenido al alcance de mis manos y, sin embargo, solo porque todavía yo no estaba preparada, la vida decidió que debía pasar por el camino más dificil para llegar a ella. Ser feliz y dejar atrás lo que simplemente, quedó atrás.
Lo que voy a hacer a continuación es un atrevimiento y me causa un poco de vergüenza, pero necesito decirlo. Si yo no hubiese sido tan tosca, habría conocido a Tony solo porque mi madre salía con su padre. Pero Dios solo sabe el porque todavía eso no debía sucedes. Yo no había superado algo que me seguía atormentando.
Luego, mas adelante, lo habría conocido en el verano pero yo solo se porque no me encontré con él el día en que lo acordamos. Ahora usted es la segunda persona que sabe esto, es un secreto y planeo que así siga siendo. Yo aun no estaba lista, lo que causó para él que simplemente fuera otra desilución. Duele pensarlo así, pero se que fue la vida la que me hizo dar tantos giros inexplicables. Finalmente, y con llanto (y hasta una herida profunda en el brazo) atravecé todo aquello que me iba a servir para avanzar.
La vida consiste en vueltas. La vida me hizo girar y girar, brindandome oportunidades, pero solo cuando en realidad lo superé, me dejó seguir adelante.
De pequeña amaba el carrusel, y mi gran obseción, mi meta ansiada era tomar la sortija, Y vaya que fallaba! Pero ahí estaba él con sus vueltas, sus oportunidades. Lo hacía mal, lo hacía un poco mejor, y cuando realmente estaba en condiciones de tomarla, yo simplemente lo lograba. Me gané otra suceción de vueltas. Mi camino hacia la felicidad. Un recorrido que solo se emprende mientras gira el carrusel, mientras gira la vida.
Y aquí estoy, feliz.

Tony y Mackenzie , Fin.

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