Capitulo 24

Una vez en el aparcamiento, Mackenzie se montó sin titubear en la honda de Tony y juntos se alejaron de allí.
El día se encontraba especial para un pic-nic al aire libre y no había mejor lugar que se les pudiera ocurrir a ninguno de los dos del que estaba bajo sus pies.
Tony tendió un mantel sobre el manto verde natural pero antes arrancó un puñado de maleza que estorbaba. 
Mackenzie se hallaba fascinada aún, observando todo alrededor. Allá lejos, se podían ver los contenedores y los suburbios. Allí era otro mundo, otra dimensión.
Particulas de algodón volaban libres por doquier. El sol quemaba y la temperatura se había elevado un poco así que Mackenzie decidió quitarse la sudadera.

- ¡Oye! – le dijo a Tony – el sol está ardiendo y tu llevas esa camisa tan negra.
- OH, así que eso era el olor a quemado.
- Gracioso – Mackenzie no rió, ni rodó los ojos. Ambos se sentaron.
- Este no es tu estilo – volvió a decir la muchacha.
- ¿No lo es? Yo creo que si. Definitivamente lo es. – Mackenzie no contestó aquello y se quedó en silencio unos segundos.
- ¿Qué piensas? – preguntó Tony.
- ¿En serio quieres saber? 
- Muero por saberlo. – dijo él acomodándose enfrente de la muchacha.
- Bien. Estaba pensando en ti.
- Oh… - tony sonrió.
- Si, y no te hagas ilusiones. Pensaba en este lugar y en lo triste que es que las personas no puedan verlo. – dijo con la mirada perdida en los arbustos y arboles.
- Ya lo he dicho. Me alegro, de otra manera lo echarían a perder.
- No hablo del lugar, hablo de ti. De cómo nadie se imagina que este es tu lugar favorito.
- Oye, oye. No exageres. No es tan así, la gente tiene secretos, todos saben eso y se esperan lo que sea del otro.
- OH vamos! ¿Quién podría esperarse esto? Pregúntale a cualquier persona en la ciudad : ‘ ¿Cuál es el lugar favorito de Anthony Wheeler?’ Y ellos contestarán algo como ‘la vieja estación’ donde corres carreras ilegales – Mackenzie tragó con dificultad – todos los fines de semana.
- Eso quiere decir que soy muy popular ya que la gente me conoce – afirmó con firmeza medio en broma. 
- Eso quiere decir que nadie lo hace. – dijo Mackenzie en una voz mas apagada.
Ambos se callaron un momento. Luego la muchacha agregó.
- Aun no le hemos dicho a nadie, salvo a Gwen y a Joshua , sobre esto – esperó una respuesta que la tranquilizara. Tony aun no se animaba a mostrar su relación en público, especialmente cuando la pandilla andaba cerca. Y lo aceptaba porque no podía estar lejos de él, y tampoco quería presionarlo pero había algo que le debía decir aunque le molestara o doliera. Tony respiró hondo y luego habló.
- ¿No hacen Gwen y Josh una hermosa pareja? – preguntó él sonriendo. Bien, no era lo que ella esperaba. Y claro que hacían una bellisima pareja. Desde que estaban juntos (ese mismo día en la discoteca) no se habían separado ni un momento. Este pensamiento desvió un poco la atención de Mackenzie sobre la situación, ella extrañaba a Gwen, hacía un par de días que no hablaban como debían. Luego volvió el pensamiento a Tony. Él la estaba esquivando de nuevo.
- Supongo.
Nuevamente el silencio los embargó. Pero este fue sumamente incómodo. Ella aguantó hasta que no pudo más y habló.
- Tony yo … - empezó pero Tony la interrumpió.
- Deberías hablar con Sara. – dijo Tony rápidamente sin mirarla. Mackenzie se quedó sin voz por un momento.
- ¿De… - se aclaró la garganta – de qué estas hablando? – preguntó muy confusa.
- Yo solo digo que deberías contarle sobre nosotros a tu madre e intentar hacer las paces. 
- Yo … - otra vez sin palabras ¿Qué le estaba sucediendo? Ella miró hacia la espesa trama de árboles y asintió.