jueves, 16 de diciembre de 2010

Capitulo 7

Aquella noche de domingo, ni Tony ni Mackenzie podían pegar uno ojo. Tony, por su lado, se sentía realmente mal. Como esa nube gris que nubla tu soleado día, una mancha en la conciencia que no podía soportar y no sabía por qué. En realidad, él jamás había sido así. Él no era una mala persona, pero estaba confundido y seguía sin saber lo que deseaba realmente. No se juega con los sentimientos de las personas y aquello que había hecho, esa apuesta, había sido una real idiotez. Tenía que pensar como decirles a Will y Zack que quería cancelar. No podía seguir con ello.
Mientras tanto, Mackenzie seguía auto perturbándose. Debía hacer ese maldito trabajo para salvar su semestre pero también era un desafío que había impuesto. 
Haría lo posible por que ese proyecto funcionara y si debía llevarse bien con Tony , lo intentaría. Aunque le revolvía un poco el estomago la idea, podía con eso. Pero no podía seguir pensando, eso no se le daba bien. Y ahora tenía sueño.
A la mañana siguiente, se sintió de mejor ánimo. Había pasado otra noche sin tocar el tema de Steve con Sara y el día estaba especialmente agradable. 
Cuando llegó al instituto , vió a Gwen hablando con el profesor de Educación física, aquel que se había robado su inocente corazón. Sonrió hacia su dirección y Gwen cazó su mirada y sonrió también. Adrián. Él había ingresado como sustituto en octavo año. Instantáneamente, Gwen lo fichó. Y él no se quedaba para nada atrás. A Mackenzie ese tipo nunca le había cerrado, ¿como podría agradarle? Estaba jugando con los sentimientos de una alumna menor de edad. Claro que ahora ya tenían dieciséis años, pero seguía siendo menor. Además, él salía con chicas más grandes. De cualquier forma, Gwen se había enamorado. Mackenzie recordó hace semanas como inicialmente se había equivocado cuando pensó que le interesaba Tony.
Entró al gran patio y lo primero que vio fue a Tony recostado sobre la pared. Se veía bien allí. No le apetecía del todo hablarle, pero si se escondía le daría la razón. Sería como cualquiera, y no podía permitir que pensara aquello. No entendía porque le importaba su opinión, a ella nunca le importaban las opiniones de los demás. Así que decidió acercársele. Se sacó los audífonos de los oídos y caminó hacia él, que una vez mas le daba la espalda. Trató de no distraerse, debía aprovechar que estaba solo. Se aclaró la garganta. Una vez, dos veces y nada. – Hey- dijo finalmente, otra vez nada. Suspiró.
-Mierda, Tony – Mackenzie pasó su mano por delante de su rostro y él pareció sorprendido de verla allí – que tienes que no escuchas?
Él tardó un segundo en reaccionar, su expresión estaba tensa nuevamente pero pronto adoptó la usual cara de poker que tenia. La miró frunciendo el ceño y se retiró los auriculares de los oídos mostrándoselos. 
- Yo también los uso todo el tiempo – la chica señaló los suyos colgados en su cuello – y aún así si me hablan me doy cuenta – él seguía mirándole el cuello. Ella decidió seguir hablando – no digo que no esté distraída por que generalmente si, pero tu deberías de tener mas bajo el volumen, te dañará la audición…
- ¿Qué quieres Mackenzie? – impuso serio.
- Que me hables bien – dijo molesta y se cruzó de brazos. Él sonrió e hizo lo mismo, sin dejar de apoyarse contra la pared.
- Tienes razón, yo y mis modales. Hola preciosa. – dijo tomándole de la mano y besándosela.
- No me refería a nada como eso – ella quitó su mano y la metió en los bolsillos de su pantalón – Quería decirte que estoy dispuesta a ir bien con el trabajo, que te agradecería de corazón que tú también lo estés – Esperó una respuesta negativa y estaba a punto de añadir otra ‘suplica’ cuando él asintió.
- Yo también me propongo eso – dijo seriamente pero sin perder el animo en sus ojos – Empezaremos cuando tu quieras – la expresión que había adoptado parecía mas fresca. 
Hablaron sobre la música fuerte una vez mas, y él no volvió a adoptar su postura arrogante en lo que duró la corta conversación interrumpida por el timbre que daba inicio al día. Se sentía afortunada de haber logrado entenderse con él. Tampoco debía importarle pero no pudo evitar sentirse algo decaída al recordar a Kerry y como era su trato a con él. 
Todo pareció una eternidad. Si bien las materias que tocaban ya eran densas de por si, sentarse allí sola, sin Gwen lo triplicaba. Ella no había ingresado a la escuela. Pero era un profesor con quien la había visto antes. No había posibilidad de que estuviera con alguien a menos que se lo hubiera ocultado a su mejor amiga. Y no, era imposible. Ella nunca hizo algo sin consultárselo antes. No era un trato ni nada como eso. Pero era una costumbre y ver que no había sabido nada la extrañó. Entonces la preocupación le invadía cada vez mas, y hacía que cada hora fuera infinita.


 Cuando tocó el timbre de salida, sintió la necesidad de correr e ir a buscarla, así que tomó sus cosas y se apresuró a salir. A lo largo del tiempo allí, había creado en su mente todas las posibilidades que había. Entre ellas robo, secuestro, violación, etc hacían que se perturbase mas. Quizás estaba exagerando pero cuando decides hacer algo como saltarte la escuela ,tu mejor amiga es la primera que debe saberlo, pensó de nuevo. Si, eso era lo que mas la inquietaba. Ella le contaba todo, ¿porque no lo haría ahora? Si bien Gwen había actuado un poco diferente los últimos días.
En su precipitación por salir, se llevó puesto a alguien. Entre disculpas y agitación, Mackenzie logró mirar a quien había chocado. Tony la miraba confuso y su mano estaba sobre el hombro de la muchacha. Se había puesto ya su chaqueta de cuero que lo hacía ver mayor y rudo.

-¿Estás bien? – pregunto mirándola inquieto.
-Si, supongo. Debo irme. Nos vemos – dijo Mackenzie zafándose y saliendo.
-Espera – grito Tony, cuando advirtió la lluvia que se estaba precipitando afuera. El cielo se había ennegrecido y había refrescado – Quizás debas esperar aquí hasta que pare un momento – dijo él mientras llegaba a su lado.
-No, no puedo – dijo maldiciendo a la catarata de agua que caía del cielo. Le encantaba la lluvia pero no en este momento. Debía dar con Gwen o enloquecería.
-¿Qué ocurre? – preguntó Tony
-Esto es una perdida de tiempo. Es Gwen ,me preocupa … - no podía esperar otro minuto – Lo siento, yo me voy.
-Mackenzie, te… - no llegó a oir lo que seguía pues ya estaba empapada en medio de la densa lluvia. Corrió hacia la esquina y cuando llegó a allí se bloqueó. ¿Y ahora que? ¿Podía acaso ir a su casa? Es lo menos conveniente cuando te escapas de la escuela. ¿Pero y si estaba en problemas? Intentó pensar en algo mas aunque dejó esa opción como alternativa, ya que lo único que importaba en realidad era que su amiga estuviera bien. Se puso la capucha de su buzo y corrió unos metros hasta la entrada del gimnasio. Llamó pero nadie la atendía. Intentó nuevamente pero fue inútil entonces. El profesor tampoco se hallaba allí.

-Hoy no hay E.F. en ningun año, así que muy probablemente allí no haya nadie – la voz provenía de detrás suyo. Tony estaba tan mojado como ella. Su pelo chorreaba agua desde sus hombros y lo hacía ver bien. Mas aún si se podía.
-Pero… yo lo ví hoy con Gwen – dijo sin dejar de mirarlo.
-Pues ni idea, pero creo que te preocupas por nada y te enfermarás si sigues bajo la lluvia y tan desabrigada – por un momento le causó gracia escuchar salir de él ese tipo de consejos, pero su mente fue rapido nuevamente a Gwen- hasta quizás ella ya esté en su casa.
-Es verdad – dijo ella finalmente suspirando – de cualquier modo iré a fijarme allí.
-Te gusta mojarte ¿verdad? – dijo bufando él.
-Cierto, pero ahora eso no importa.
-A mi no me gusta y si me importa. Has como quieras y…- pensó un momento- cuidate – soltó Tony como si no fuera nada y se escabulló otra vez bajo el hall.
Mackenzie se dirigió a la casa de Gwen que quedaba a pocas cuadras de allí. Parecía hacer mas frío aun. Miró su reloj y notó que ya era un poco tarde. Si Gwen solo se había escapado lo normal era que ya estuviera en casa para no levantar sospechas así que no se preocupó por ir hasta allí y preguntarle a su madre. 


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