miércoles, 8 de diciembre de 2010

Capitulo 22

No esperaba que estuviera allí esa noche. Si Gwen se veía radiante, Mackenzie… bueno él solo no podría explicarlo con palabras. Simplemente sentía un deseo como no lo había hecho nunca. La vio allí, encaminándose con su amiga hacia la barra. Observó su vestido, sus brazos adornados con pulseras plateadas. No pudo evitar apreciar sus esbeltas piernas, sus botas. 
- ¿Qué sucede? – dijo Kerry, tomándolo con cuidado por el cuello de la camisa negra que llevaba puesta. Él, saliendo de la hipnosis, trató de alejarla un poco.
- Nada. – respondió friamente.
- Entonces, bajemos.
Las muchachas luego de pedir sus tragos. Conversaron un rato y cuando terminaron la primer ronda, pidieron nuevamente y bajaron a la pista con las nuevas bebidas. Mackenzie bebía de una pajilla su trago. Gwen, quien era la que manejaría de vuelta se conformó con un energizante. Se sumergieron en la pista de baile a través de los cuerpos sudorosos y se movieron a ritmo. Se dejaron llevar. Pronto la mente de Mackenzie obedeció las ordenes de su mejor amiga, expulsando todo aquello que tanto atormentaba a la muchacha, aunque sea por tan solo lo que durara una canción. Lo fantástico de todo eso, era que las canciones parecían no tener fin allí. Se movían lento y no se terminaban de descifrar sus pasos ya que la luz intermitente los entrecortaba. ¿Qué importaba Steve en ese momento? ¿Qué importaba el chico del verano? ¿Qué importaba Sara? ¿Qué importaba las continuas agresiones de Kerry? Nada de eso debía tener sentido en ese momento. Solo era ella ,su trago y la música. Sintió una presión en algún lugar de la cabeza. La música realmente estaba fuera de si. Entonces, de repente sintió alguien aferrándole el brazo. Sintió un ápice de enojo por la interrupción de la magia que solo duró el tiempo de un relámpago, porque a los pocos segundos ya estaba enfrente de él. Tragó con dificultad, pero no cambió su expresión. En cambio, tomó segura un sorbo de su bebida sin dejar de mirarle a los ojos. Tony respiró hondo y luego tomándola de la mano se la llevó a través del gentío. Gwen solo sonrió y siguió bailando en el lugar.
- Oye – Joshua dijo tratando de sobresalir sobre el fuerte ruido. Gwen lo escuchó vagamente pero esto alcanzó para que girara y lo viera - ¿Quieres bailar? 
- ¿Qué no es obvio? – respondió la chica totalmente encantada. Luego se rió y rodeó el cuello de Joshua con sus brazos.
Tony y Mackenzie se encaminaron hacia las escaleras. Cuando llegaron allí , él la ubicó por delante suyo y la empujó delicadamente hacia debajo de ellas. Mackenzie penetró en la oscuridad del espacio que había entre la pared y los escalones. Solo débiles flashes iluminaban sus caras. Se quedó allí uno frente al otro, sin hacer ni decir nada. Podían verse los ojos cuando el relámpago plateado aparecía. Tony la arrinconó contra la pared. Sus manos en la cintura de ella. Mackenzie tomó el resto de bebida que le quedaba aun en el vaso y lo dejó caer a un costado. En ese momento ya estaba sintiendo la presión de él contra su cuerpo. Sus respiraciones se entrecortaban. Toný aspiró el perfume de la muchacha y luchó por mantenerse bajo control. Lo enloquecía. El corazón de la muchacha se aceleró pero aun así seguía con la mirada fija en él, su rostro inmutable.
Él, se sentía ansioso. Tenerla allí era lo mejor que había sentido. Podía sentir el aliento a frutillas frescas mezclándose con el suyo mentolado. La música enajenada seguía retumbando por todo el lugar. Estallaba nuevamente la ola de luces frenéticas. Tony se acercó aun mas a ella y contuvo la respiración. Le tomó el rostro entre sus manos frías. Sintió el contacto con su piel calida y no pudo resistir mas. La beso. Sus labios apenas se rozaron y el corazón de ambos se acelero multiplicando sus latidos a gran velocidad. Ella se había dejado llevar. Él profundizo aun mas en ese beso, tratando de cargarlo con cada una de las pruebas que necesitaba.
Sus dedos se deslizaron hacia el cabello castaño de la muchacha. Tan delicados, tan suaves y fragiles. Tan dulces como sus labios y su perfume. Se aferró mas a ella. Mackenzie estaba extasiada. ¿Cuántas veces se imaginó besándolo? Inhalando su aroma. Con su mente en blanco, dejó que él tomara el control. El beso pronto se hizo mas profundo y lento. Tony notó un escalofrío a lo largo de su columna vertebral cuando Mackenzie acarició su cuello. 
Del otro lado de la pista, Gwen bailaba arrebatada junto a Joshua. Ella lo miró y sonrió. Luego sintió un golpe en el estómago. Alguien se había abierto paso a través de ella.
- ¡Que diablos haces! – gritó Gwen indignada hacia Kerry que la miraba con recelo.
- Tu… que haces aquí? – preguntó la rubia. elevando la voz
- Y a ti que carajo te importa? – respondió Gwen sonriendo.
- ¿Estas sola? – volvió a preguntar Kerry ignorando su respuesta.

-No, acaso estas ciega? Estoy con Joshua.
-Oh – dijo la rubia aliviada y se giró hacia Joshua – ¿Ahora bailas con ella? Tú …
-Antes que digas nada – la interrumpió Joshua – No me intereza en lo mas minimo lo que puedas llegar a opinar aquí – dijo haciéndola a un lado.
-Espera solo quiero saber donde esta Tony. ¿Lo han visto?
-Seguro – respondió Gwen indiferente.
-¿Qué está haciendo?
-Se escapa de ti. Así que si yo fuera tú, me daría por vencida antes de caer mas bajo.
Kerry fulminó a la pelirroja con la mirada. Y a regañadientes se alejo de vuelta donde estaba el resto de la pandilla. La muchedumbre de jóvenes, comenzó a girar descontroladamente otra vez. Los reflectores hacían lo propio. Y todo allí, en BloodLand, parecía estar dando vueltas. 

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